sábado, 3 de marzo de 2018

Las prácticas meditativas como reguladoras de los estados de ánimo cotidianos.


En el ámbito de la gestión cotidiana de los estados de ánimo, merece la pena destacar el trabajo de Robert E. Thayer (profesor de la California State University) basado en su teoría de los estados de ánimo, entendidos como ritmos biológicos endógenos. Thayer (2001) clasifica los estados de ánimo desde dos dimensiones bio-psicológicas: el nivel de tensión (que hace referencia al continuum que va desde la tensión hasta la calma) y el nivel de energía (que hace referencia al continuum que va desde la energía hasta el cansancio) (Thayer, 2001).


Estas dimensiones interactúan bajo diferentes condiciones de activación para generar cuatro tipos de estado de ánimo: energía calmada, energía tensa, cansancio tenso y cansancio calmado (ver Figura 1). Estos diferentes niveles de activación están relacionados con múltiples factores relativos a aspectos motivacionales y de autorregulación. Si bien estos estados de ánimo van fluctuando en la cotidianeidad con cierta regularidad, generando patrones bio-psicológicos parecidos de un día a otro, es evidente que hay opción de autorregularlos mediante la conducta. El estado de ánimo más funcional, si bien es imposible mantenerlo todo el tiempo, es el de la energía calmada.














Por ejemplo, una estrategia que se ha visto que dirige el estado de ánimo del organismo hacia la energía calmada es la práctica de la meditación (Thayer, 2001), y en especial, la práctica de meditación en movimiento como el Qigong (Johansson, Hassmen y Jouper, 2011).

La meditación en movimiento Qigong  proviene de la  Medicina Tradicional China y está compuesta por una gran diversidad de técnicas basadas en diferentes series de ejercicios que coordinan la atención, la respiración y el movimiento. Cuando una persona se encuentra especialmente tensa o cansada, la práctica de Qigong le puede ayudar a calmarse o a energizarse respectivamente. De hecho, están apareciendo investigaciones que avalan al Qigong como herramienta de intervención en casos de ansiedad (Wang y otros, 2013) y depresión (Oh y otros, 2013). No solo eso, hay autores que van más allá y plantean que el Qigong (entre otras técnicas meditativas) habría que categorizarlo independientemente de las meditaciones de atención enfocada y de monitoreo abierto, proponiendo el término de Auto-trascendencia Automática para esta tercera categoría (Travis y Shear, 2010).

En otra línea de trabajo, el mero conocimiento de estos cuatro estados de ánimo, junto al hecho de dedicar atención plena a observar cómo se distribuyen a lo largo del día, genera insights o intuiciones relativas a la vida cotidiana sumamente útiles en el proceso del cambio psicoterapéutico. Este conocimiento se puede dar mediante la monitorización de los estados de ánimo cotidianos. En este caso, se propone al cliente un ejercicio de auto-registro de los estados de ánimo cotidianos como herramienta coadyuvante de la práctica informal de mindfulness. Se trata de monitorizar o tomar conciencia de los niveles de tensión y de energía que posee el cliente a lo largo del día. Para ello, puede hacerse valer del test que propone Thayer (1986), o sino, otra opción puede ser apuntar en un cuaderno (o en cualquier sistema informático) en cinco momentos puntuales del día  el nivel de tensión y el nivel de energía (p. ej. al levantarse, a media mañana, al mediodía, a media tarde y a la noche). Para medir el nivel de tensión y de energía será suficiente crear una sencilla escala Likert de 10 niveles donde, en el caso de la tensión, el número 1 sea “No me siento nada tenso” y el número 10 sea “Me siento totalmente tenso”. Con la medición de la energía se procederá igualmente.

Para obtener intuiciones interesantes se recomienda realizar el auto-registro por lo menos durante un mes, todos los días, cinco veces al día. Luego, cada cliente puede profundizar al respecto de los datos obtenidos en el contexto de la psicoterapia, habiendo clientes que al tener los datos integrados en  sistemas informáticos, obtienen gráficos sumamente interesantes en referencia a los niveles de tensión y de energía por los que atraviesan en la cotidianidad. Lo que sí parece evidente es que el simple hecho de dedicar atención durante un mes a los niveles de tensión y de energía en el cuerpo-mente deja un poso de autoconocimiento y sabiduría en el cliente, lo cual puede serle de ayuda a la hora de generar conductas que reduzcan el sufrimiento en él mismo y en las personas que le rodean.

David Alvear.
@AlvearMfs


Referencias:


Johansson, M., Hassmén, P., y Jouper, J. (2011). Acute effects of qigong exercise on mood and anxiety. Sport, Exercise, and Performance Psychology, 1, 60-65.

Oh, B., Sun Mi Choi, Inamori, A. Rosenthal, D. y Yeung, A. (2013). Effects of Qigong on Depression: A Systemic Review. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2013.

Thayer, R. E. (1986). Activation-Deactivation Adjective Check List: Current overview and structural analysis. Psychological Reports, 58, 607–614.

Thayer, R. E. (2001). Calm Energy: How People Regulate Mood With Food and Exercise. New York: Oxford University Press.

Travis, F., y Shear, J. (2010). Focused attention, open monitoring and automatic self-transcending: categories to organize meditations from Vedic, Buddhist and Chinese traditions. Conscious. Cogn. 19, 1110–1118.

Wang C.W., Wan Chan, C.L., Rainbow T. H. Ho, Hector W. H. Tsang, Celia Hoi Yan Chan, and Siu-Man Ng. (2013). The Effect of Qigong on Depressive and Anxiety Symptoms: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials.  Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2013

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