En el ámbito de
la gestión cotidiana de los estados de ánimo, merece la pena destacar el
trabajo de Robert E. Thayer (profesor de la California
State University) basado en su teoría de los estados de ánimo, entendidos
como ritmos biológicos endógenos. Thayer (2001) clasifica los estados de ánimo desde
dos dimensiones bio-psicológicas: el nivel de tensión (que hace referencia al
continuum que va desde la tensión hasta la calma) y el nivel de energía (que
hace referencia al continuum que va desde la energía hasta el cansancio)
(Thayer, 2001).
Estas dimensiones interactúan bajo diferentes condiciones de activación para generar cuatro tipos de estado de ánimo: energía calmada, energía tensa, cansancio tenso y cansancio calmado (ver Figura 1). Estos diferentes niveles de activación están relacionados con múltiples factores relativos a aspectos motivacionales y de autorregulación. Si bien estos estados de ánimo van fluctuando en la cotidianeidad con cierta regularidad, generando patrones bio-psicológicos parecidos de un día a otro, es evidente que hay opción de autorregularlos mediante la conducta. El estado de ánimo más funcional, si bien es imposible mantenerlo todo el tiempo, es el de la energía calmada.
Por ejemplo, una estrategia que se ha visto que dirige el estado de ánimo del organismo hacia la energía calmada es la práctica de la meditación (Thayer, 2001), y en especial, la práctica de meditación en movimiento como el Qigong (Johansson, Hassmen y Jouper, 2011).
La meditación en movimiento Qigong proviene de la
Medicina Tradicional China y está compuesta por una gran diversidad de
técnicas basadas en diferentes series de ejercicios que coordinan la atención,
la respiración y el movimiento. Cuando una persona se encuentra especialmente
tensa o cansada, la práctica de Qigong
le puede ayudar a calmarse o a energizarse respectivamente. De hecho, están
apareciendo investigaciones que avalan al Qigong
como herramienta de intervención en casos de ansiedad (Wang y otros, 2013) y
depresión (Oh y otros, 2013). No solo eso, hay autores que van más allá y
plantean que el Qigong (entre otras
técnicas meditativas) habría que categorizarlo independientemente de las
meditaciones de atención enfocada y de monitoreo abierto, proponiendo el
término de Auto-trascendencia Automática para esta tercera categoría (Travis y
Shear, 2010).
En otra línea de
trabajo, el mero conocimiento de estos cuatro
estados de ánimo, junto al hecho de dedicar atención plena a observar cómo se
distribuyen a lo largo del día, genera insights
o intuiciones relativas a la vida cotidiana sumamente útiles en el proceso del
cambio psicoterapéutico. Este conocimiento se puede dar mediante la monitorización
de los estados de ánimo cotidianos. En este caso, se propone al cliente un
ejercicio de auto-registro de los estados de ánimo cotidianos como herramienta
coadyuvante de la práctica informal de mindfulness. Se trata de monitorizar o
tomar conciencia de los niveles de tensión y de energía que posee el cliente a
lo largo del día. Para ello, puede hacerse valer del test que propone Thayer
(1986), o sino, otra opción puede ser apuntar en un cuaderno (o en cualquier
sistema informático) en cinco momentos puntuales del día el nivel de tensión y el nivel de energía (p.
ej. al levantarse, a media mañana, al mediodía, a media tarde y a la noche).
Para medir el nivel de tensión y de energía será suficiente crear una sencilla
escala Likert de 10 niveles donde, en el caso de la tensión, el número 1 sea
“No me siento nada tenso” y el número 10 sea “Me siento totalmente tenso”. Con
la medición de la energía se procederá igualmente.
Para obtener
intuiciones interesantes se recomienda realizar el auto-registro por lo menos
durante un mes, todos los días, cinco veces al día. Luego, cada cliente puede
profundizar al respecto de los datos obtenidos en el contexto de la
psicoterapia, habiendo clientes que al tener los datos integrados en sistemas informáticos, obtienen gráficos
sumamente interesantes en referencia a los niveles de tensión y de energía por
los que atraviesan en la cotidianidad. Lo que sí parece evidente es que el
simple hecho de dedicar atención durante un mes a los niveles de tensión y de
energía en el cuerpo-mente deja un poso de autoconocimiento y sabiduría en el
cliente, lo cual puede serle de ayuda a la hora de generar conductas que
reduzcan el sufrimiento en él mismo y en las personas que le rodean.
David Alvear.
@AlvearMfs
Referencias:
Wang C.W., Wan Chan, C.L., Rainbow T. H. Ho, Hector W. H. Tsang, Celia Hoi Yan Chan, and Siu-Man Ng. (2013). The Effect of Qigong on Depressive and Anxiety Symptoms: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2013
David Alvear.
@AlvearMfs
Referencias:
Johansson, M., Hassmén, P., y Jouper, J. (2011). Acute effects of
qigong exercise on mood and anxiety. Sport,
Exercise, and Performance Psychology, 1, 60-65.
Oh, B., Sun Mi Choi,
Inamori, A. Rosenthal, D. y Yeung, A. (2013). Effects of Qigong on Depression: A Systemic Review. Evidence-Based
Complementary and Alternative Medicine, vol. 2013.
Thayer, R. E. (1986). Activation-Deactivation
Adjective Check List: Current overview and structural analysis. Psychological Reports, 58, 607–614.
Thayer,
R. E. (2001). Calm Energy: How People Regulate Mood
With Food and Exercise. New York :
Oxford University Press.
Travis, F., y Shear, J. (2010). Focused attention,
open monitoring and automatic self-transcending: categories to organize
meditations from Vedic, Buddhist and Chinese traditions. Conscious. Cogn. 19, 1110–1118.
Wang C.W., Wan Chan, C.L., Rainbow T. H. Ho, Hector W. H. Tsang, Celia Hoi Yan Chan, and Siu-Man Ng. (2013). The Effect of Qigong on Depressive and Anxiety Symptoms: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2013
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